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- ¡Aléjate de mí! Puedo regresar a mi casa sin tu ayuda - Exclamaba el unicornio con una voz algo desafinada mientras trotaba más rápido y se alejaba del Pegaso.
- No, no es seguro, está lloviendo, son las cinco de la mañana y estas ebrio - Respondió el Pegaso siguiéndole el paso fácilmente al más pequeño mientras que lo tapaba de la lluvia con su ala.
Aquella vez fue una de las ya repetidas noches de borrachera de Diamant, no una de las exquisitas fiestas empresariales en las que Diamant hacia lujo de su encanto con los inversionistas y gente de prensa, no, fue una de las noches en las que iba a bares de callejón por placer, donde pedía copa tras copa de vino en las que el cantinero tenía que arrastrarlo a la salida a las seis de la mañana para sacarlo de su establecimiento, a este punto, casi todos los bares de canterlot lo conocían y tenían el número telefónico de GlowNight en caso de que Diamant se pusiera irritante o fuera hora de cerrar.
- ¿Cómo demonios se te ocurre venir sin paraguas? - Exclamo Diamant con labios en la copa que se había llevado del bar, el cantinero solo lo dejo llevársela porque inmediatamente GlowNight se la pago.
- No estaba lloviendo cuando llegue - Una hora fue la que tardo en sacar a Diamant del bar, fue difícil e inclusive tomo la ayuda del dueño, GlowNight estaba en el punto de estupefacción de que no hubieran baneado al unicornio del lugar.
Diamant resbalo en el agua, no tropezó ni cayo, pero fue suficiente para hacerlo dejar de huir de su escolta.
- Por favor, deja de correr, te puedes caer y lastimar.
- Tsk - Hizo un sonido con la lengua y camino con la cabeza erguida hasta detenerse en la orilla de la acera y dejarse sentar pesadamente en el pavimento.
- ¿Qué haces?
- ¿Qué más? Esperar un taxi - Respondió el unicornio dándole la espalda y siguiendo con su copa de vino.
GlowNight dudaba de que un taxi pasara a las cinco de la mañana mientras llovía, pero sabía que no haría entrar en razón a su amado, solo se sentó en el pavimento junto a él y espero.
El Pegaso jamás bajo su ala, sus músculos dolían y el agua fría cayendo no era más que el equivalente a poner sal a la herida, pero la satisfacción de que Diamant siguiera seco le hacía pensar que valía la pena.
Cinco minutos pasaron y ninguno de los dos no dijo nada.
- No tienes que hacerlo - Dijo Diamant en voz baja.
- ¿Disculpa?
- No tienes por qué hacer esto, despertar en la noche para sacarme de bares y asegurarte de que llegue a casa.
- Si no lo hago yo ¿Quién lo hará? - Respondió GlowNight con una sonrisa, como si fuera una clase de chiste.
- No te voy a querer - La frialdad de la frase hizo que GlowNight inmediatamente dejara de sonreír, aparto la vista y la clavo en el agua que caía bajo sus cascos - Ni ahora, ni en un futuro - GlowNight se quedó callado, sus labios se apretaron, titubearon un par de veces, pero no emitieron sonido inmediatamente.
- Lo sé - Respondió con una voz que amenazaba con romper en llanto. Diamant parpadeo indiferente ante esto y siguió mirando su copa de vino a medio acabar - Pero, no hago esto por interés, incluso si no te amara yo seguiría viniendo y te ayudaría a salir del bar y llegar a tu hogar.
- Mentiroso - Respondió inmediatamente - Siempre hay un interés de por medio, se trata de “trabajo y recompensa” - GlowNight rio en lo bajo.
- Bueno… mi recompensa es saber que llegaras a casa a salvo.
Diamant no respondió, y GlowNight no tuvo más que decir.
Con ojos fríos y tristes su mirada fijada en algún punto entre la lluvia, los pensamientos del Pegaso volaron hasta el pasado, llegando al punto en que se enamoró del unicornio.
“Amor a primera vista” el amor más controversial. “Tan superficial, tan ciego, algo que solo pasa en cuentos infantiles” había escuchado cosas así todo el tiempo, y en parte, creía en eso, sabía que el amor lleva tiempo y esfuerzo en conocer a la otra persona, pero no importaba cuantas horas de discusiones mentales entre sus sentimientos y el razonamiento tuviera, no importaba la cantidad de rechazos que sufría por Diamant, no importaba cuanto sabía que su amor no sería correspondido, él era infinitamente feliz con tan solo ver al unicornio.
El Pegaso abrió sus ojos al escuchar el sonido del agua cayendo sobre su cabeza en un sonido hueco, levanto la vista y vio una nube de luz azul cubriendo su cabeza y protegiéndolo del agua.
- Diamant-
- Solo quiero evitar que el taxista nos evite el transporte al tener que transportar a un diluvio ponificado - Respondió inmediatamente el unicornio sin verlo, su voz sonaba verídica y sin ninguna pisca de mentira.
Pero GlowNight sabía la verdad.
- Claro - Sonrió de la manera más estúpida, y miro de nuevo al suelo, mirando el reflejo azul de la luz mágica que emitía el hechizo del unicornio.
Diamant agradeció el silencio del híbrido, pero no hizo ninguna reacción, simplemente siguió mirando la copa de vino que tenía frente a él con ojos fríos.
Gotas de agua que se habían filtrado por las plumas del Pegaso caían una tras otra en un sonido hipnótico en la copa mientras que el unicornio se le quedaba viendo.
No podía tomar esa bebida, estaba contaminada con la esencia del híbrido, eso era lo que pensaba el unicornio, tenía la idea de tirarla a la acera, no había nada que se lo impidiera, pero no lo hizo, no sabía porque y su mente estaba demasiado en blanco como para tirarla, de lo único que estaba seguro es que no estaba lo suficientemente sobrio para no tomarla.
Cinco minutos después un taxi llego, GlowNight le agradeció a que se detuviera mientras que Diamant le ignoraba y se metía directamente a la carroza, ambos se sentaron y silenciosamente fueron hasta el departamento de Diamant, como era de esperarse, Diamant detuvo a GlowNight su ayuda y entro solo al edificio.
Se secó de la poca agua que lo había mojado y puso la copa vacía en el fregadero, ya mañana lo lavaría y lo pondría junto a las otras copas de vino que no hacían juego que a conseguido de diferentes bares, de manera pesada, se dejó caer en su cama. Mañana tendría resaca.
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